Hola tod@s!
Muchos de vosotros ya me conocéis, por eso habéis venido, pero otros aún no.
Soy Orbea, una gata blanca Bosque de Noruega, aunque en casa me llaman "
Nena". Nací en junio de 2009, en el criadero madrileño
Artemisa. El nombre me lo puso el criador, pero como pasé tanto tiempo allí (15 meses antes de que Bea me llevara a nuestra casa), y nadie me llamaba nada, me acostumbré a mi nombre en felino, yo no hago caso de cuando los humanos me llaman.
Me gusta mucho jugar con cualquier cosa que consiga robar, tapones de botellas, lápices y bolígrafos, pelotitas, nueces y avellanas con cáscara... cualquier cosa que haga ruido y yo pueda manejar. A los poco días de llegar a casa de Bea, le robé un bolígrafo azul. Me encantaba jugar con él, darle con las patas y tirarlo con fuerza contra las paredes... pues le di con tanta fuerza que se rompió y me puse de color azul oscuro... entonces me gané mi primera ducha. Os lo voy a contar, Bea tuvo que meterse dentro de la ducha y cerrar la mampara porque a mí el agua, me da un poco de miedo, sobre todo si sale de la ducha, en chorro me da menos miedo, es más controlable. Pues me subí encima de Bea, que se tuvo que ponen en cunclillas, conmigo sobre las piernas. Me daba con una cosa que olía fatal (ella lo llamaba jabón), que hacía espuma y yo me lo intentaba quitar con la lengua, pero sabía asqueroso, la espuma se volvía azul, la quitaba con el agua entre mis alaridos de miedo, y me echaba más y más y seguía saliendo azul... así me tuvo mucho rato hasta que por fin, ya no salía la espuma azul, y me sacó. Yo tenía una temblera, entre el frío y el susto... se le ocurre otra cosa a Bea que envolverme entre unas toallas, venga a frotarme... yo me resistía, pero me di cuenta que me estaba quitando el agua, así que me dejé. Luego sacó un secador... eso sí que me dio miedo al principio ¡menudo ruido! pero eso echa aire caliente, que te va quitando el frío y secando el agua, además, me cepillaba a la vez y me daba mucho gustito. Creo que me quedé azulada por la patas delanteras unos días... no han vuelto a dejarme un boli, imagino que no quieren que acabe azul.
El veterinario dijo que tenía ácaros en las orejas, gingivitis en la boca y estaba muy delgada. Por eso Dos veces al día, todos los días al principio, Bea me echaba un líquido en las orejas. ¡Qué sensación más mala cuando entraba el líquido!. Y encima, al rato, me metía unos bastoncitos por las orejas, pero sacaba una cosa negra... que olía muy fuerte... Para ser sincera, entonces me picaban mucho las orejas, desde entonces, no me han vuelto a molestar.
Aquí, en el criadero dónde vivia, delgadita y me picaban las orejas.
Para la boca, ella dice que me daba unas pastillas, pero yo creo que Bea es tonta, ella no se daba cuenta pero me daba queso, o pavo, o jamón... a veces tenía una cosa dentro un poco dura, pero bueno, yo me lo comía todo, ¿no le voy a decir que no a un trozo de esas cosas tan ricas!. Ahora me ha cambiado el pienso, me da uno que está delicioso, de bolas grandes y duras. Ella dice que me ha limpiado los restos de gingivitis, yo pienso que en realidad no sabe cómo decirme que me ha comprado un pienso mucho más rico porque me lo merezco y me porto muy bien.
Por lo demás, vivo con otros humanos mayores y un gato; Ulises. Es un gato ya mayor, un poco cascarrabias, no quiere jugar conmigo nunca, no se deja morder el cuello y siempre me echa la zarpa. Bueno, miento, a veces me persigue o deja que le persiga, pero siempre se cansa rápido, será porque está muy gordo. Él come de su pienso, ¡y del mío!, así está... yo no pierdo la esperanza de que un día nos llevemos bien.
Ulises, este verano descansando
Bueno, pues esto ha sido todo, creo que ya es bastante y no os voy a aburrir más por hoy.
Bienvenidos a mi nuevo blog!
Orbea